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José
Luis Falconi
Y es que en Granados, los parámetros que siempre se han utilizado para categorizar en el Perú a nuevos poetas no se mantienen: no pertenece a una generación poética, su poesía no puede ser considerada ni pura ni social, ni tampoco responde totalmente a la corriente conversacionalista o a la académica etc. Si hay algo que distingue a la trayectoria literaria de Granados es su consistente camino individual: luego de cinco libros publicados aún se mantiene exento de la muletilla del "generacionalismo", o de la identificación con algún "grupo" o com alguna definición facilista del ejercicio poético. Y esto, sin duda, no há sido el camino típico recorrido por la mayoría de los poetas peruanos salvo, claro, muy honrosas excepciones. Es precisamente de entre esas honrosas excepciones de individualidad total dentro de la poesía peruana que debemos hurgar para encontrar a quien es, a mi entender, el poeta más cercano a Granados, Luis Hernández – cuya obra también sufrió y recién comenzó a ser reconocida luego de quince años de su muerte. La poesía de Granados se acerca a la de Hernández no sólo en el aspecto formal (el verso corto, la extensión de los poemas que casi nunca exceden los 35 versos) sino más bien por su origen: en ambos, lo que los une es una conciencia clarísima de la diferencia entre el poeta (la voz poética) y su alrededor; ésta es una poetica del contraste. Si bien toda poesía está construida en base a una diferencia (la voz poética nace siempre del contraste con la generalidad), lo especial en Granados, como en Hernández, es que la poesía no es documento sino testimonio de la (dolorosa) toma de conciencia de sí misma. Por ello, lo que tenemos en este volumen es una poesía nacida de la aceptación del vacío, de la distancia que separa a la voz poética de su alreadedor, de su contexto; es una poesía que ha sido forjada de la constatación de la anomalía inherente a la voz poética. Soy una 'minoria' en los Estados Unidos, mas también, por ejemplo, en el Perú y en España. Entre homosexuales, heterosexuales, velludos, lampiños, y entre los otros poetas. Los acercamientos científicos, metafísicos, sentimentales, cibernéticos, utópicos, ninguno de ellos satisface a nuestro distraido corazón: viscosa rana de estanque ciega y cantarina (En: Desde el más allá).
Con esa buena basura muchas veces
escribimos la poesia
(En: I, El idioma de
la sociología)
No has escrito nada.
Otros han escrito por ti. Reparasen esta verdad, te sientes pillado, Y sonríes (En: IV, No has escrito
nada)
Ven ustedes, canta Billie; escribo el
poema.
¿Simple coincidencia de un día de invierno? La nieve se arremolina como un puño, el aire, los recuerdos. !Aparatate recuerdo! La poesía, arte de la distancia, Del uso de una sola oreja (En: VIII, Un poco de
oscuro como pantalla)
Ramas. Bocas
Una poesía del conocimiento. De la persistencia. (En: XII, Ramas. Bocas)
Este dia fue de poesía.
Una rosa. Una ausencia despreocupada Para siempre de sí misma (En: XXXI, Este día
fue de poesía)
De la misma manera, esta búsqueda
por el esclarecimiento, por la definición más precisa de
la condición del poeta no sólo es un motivo dentro de estos
poemas, sino que también se convierte en un principio formal dentro
dela poesía de Granados. Este principio se puede apreciar, sobretodo,
en la constante repetición de los motivos, en donde cada una de
las repeticiones busca refinar o rectificar (precisando o complementando)
lo ya expresado el verso anterior:
No hemos aprendido nada aun.
(En: XXI, La boca)
Hemos estado literalmente
Desnudos bajo la lluvia. Sin ideas. Sin proyectos. Sin reales preocupaciones. (En: II, La lluvia)
Con una gran masa negra
Perceptible Intelegible Amenazante. (En: XII, Ramas. Bocas)
Un íngulo cualquiera.
Una intersección de lineas. Un punto. Cualquiera. (En: XIII, Como siempre)
Momento espectacular.
Fantástico momento. Una exhaltación hasta el forro. Un eco hasta el muro de adentro. (En: XXXVII, Es muy duro
hacer poesía)
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